El alma del poeta

El alma del poeta

Todo comienza así…

Había una vez en el Alma…

Una voz interior me habla.

Me dice así:

El primer amor de tu vida

Es el amor de toda tu Vida….

En el amanecer, durante el sueño detenido y profundo suena una voz masculina que me habla y me transmite este mensaje. Yo, sin comprender y sin buscar significados me dejé llevar por mis sentimientos, me dejé llevar por la corriente del río interno: fluir…

Al despertarme hubo un reposo de pensamientos.

Imágenes de mi infancia aparecieron. Vi aquel niño de 10, 11, 12 años sintiendo cosquillas en su corazón, vibraciones de un amor platónico por una niña del colegio que, entre todas, era la más bella para mi gusto. Era la que biológicamente despertó un amor marcado por la inocencia.

Es hermoso actualizar estos recuerdos. Ya de niño sentí ese amor por una niña que jugaba conmigo en mis fantasías, en mis sueños despiertos.

Timidez y reserva también me acompañaron.

Fui más lejos con el pasar de los días y seguí un viaje de aventuras de mi vida; más bien dicho, me dejé llevar a través del viaje lejano que mi Alma viene recorriendo desde tiempos incontables hasta su recorrido actual en las grandes distancias de la evolución. Ella me transporta siempre a visitar nuevos horizontes en el amanecer de cada día.

Cada vez más lejano y también más cerca.

En el Alma no hay signos de tiempo ni distancia que la limiten. Mientras más lejano y profundo sea su viaje hacia el principio de algo, ella nos acerca más y más al origen de quienes somos, nos ayuda a tocar en la materia la Esencia de Todo y de Uno, porque su impulso es orientarnos hacia la unidad para liberarnos de la separación que nos hace sufrir tanto.

La soledad es un aborto de la pérdida de enlace con quienes somos.

El Poeta es quien confía en este viaje y con su intuición profunda hace una entrega de Amor y sigue el surco invisible del Alma. Su Valor está en atravesar las noches y los bosques oscuros, en donde en algún tiempo y en un terreno vacío del misterio de la Vida dejamos enterrados nuestros grandes secretos y tesoros.

 

Vuelvo a escuchar;

El primer Amor de tu Vida

Es el Amor para toda tu Vida…

Que sorpresa recibí siguiendo este surco, entregándome (poco a poco) y dejándome caer en la profundidad de este espacio vacío, cuando sin esperarlo entré en el alba de mi encarnación. No hice nada, sino ver con el ojo del corazón. Vi la estela del Alma evolucionando y “haciendo camino al andar”

Me estremecí cuando sentí que ese primer Amor habita en mi Alma y ella se volvió un espacio sagrado para guardarlo y cuidar este canto de toda Esencia viva. En este caso, es el canto de mi Alma que teje un hilo invisible con mi esencia, con el gran Espíritu Yo Soy, lo más sagrado de la Tierra y el Cielo.

Estoy en “Belle ile”, una bella isla en Bretaña, Francia. Veo como el mar Atlántico golpea amorosamente y con tanta fuerza las inmensas rocas milenarias. Rocas vivas que vibran con la misma coherencia que el mar. Olas que revientan para encontrarse con el rugir de las profundidades y misterios. Un encuentro de la naturaleza, de la Madre Tierra… espuma, viento, movimiento, fuerza, humedad, Sol, sal, calor, música y colores. Es un espectáculo de Dioses, en el que tuve la oportunidad de ser testigo de este gran Poder. El miedo invadió mi cuerpo entero y ahí me sentí minúsculo, quizás del tamaño de un grano de arena o hasta más pequeño.

Siento mi impotencia humana ante los designios de la Madre Tierra. Es la Pachamana que me abre puertas en mi andar, me guía con su lenguaje que sólo mis instintos y mis sentidos pueden palpar. Ella, la Tierra, me sensibiliza y me abre el corazón.

Al mismo tiempo que recuerdo y refresco este impulso Vital de Amor, me doy cuenta que el miedo y los temores opacaron el punto luminoso que me empujó a la encarnación en esta Vida. También es un descubrimiento en el inmenso continente de mi sensibilidad y mis sentimientos. Es una Visión Chamánicaque despierta más mi gran sueño olvidado en los vestigios del largo viaje del Alma.

Más allá del encuentro y de la historia con mis padres, de los malentendidos y de las heridas emocionales, ellos no fueron más que los ritmos suaves y turbulentos que sonaron a las puertas de mi corazón y mi Alma para despertarme de la amnesia y del olvido de mí mismo, al que me había sometido por tanto tiempo. Comprenderlo así, me hace soltar la dolorosa ilusión a la que me había agarrado con mis ojos empañados.

Con esta Visión desciendo más en la Tierra para poder sumergirme en la sangre de mis verdaderas raíces. Las raíces del Árbol de la Vida: SER. Ellos (mis padres) fueron los navegantes del barco que me llevaron de una isla a la otra para pisar sobre Nuevos Mundos y seguir la ruta del viaje de la encarnación del Alma.

El punto de Luz fue el pulso vital que me impulsó a continuar esta evolución con un plan y un destino propio que implicó tener el coraje de internarme en la larga noche oscura del Alma, para sanar heridas profundas causadas por mi libre albedrío y por la ignorancia de ignorar (valga la redundancia) este punto de Luz que ilumina la Vida y la Existencia. Es ese punto de Luz que me dio la fuerza, el vigor y la pasión para sanar la ruptura con la unidad del Espíritu, el Cuerpo y el Alma.

En otro amanecer, en el silencio y la pausa de la noche sueño que estoy enseñando, como acostumbro a hacerlo, a un grupo de estudiantes. Estamos en un salón pequeño. El ambiente es acogedor y caluroso y después que termino la lección me provoca compartir con ellos un sentimiento que emerge con voz viva desde mi Alma y digo así:

Comencé como paciente.

Después me volví terapeuta

Y voy a terminar mi Vida siendo Poeta…

Uaooohhh! Como mis células vibraron con esta revelación. Tan simple como suena, veo que es así. Tengo la grata Visión que a eso vine a este Planeta. Encarné la Vida con este sentido. Vine para sanarme y encontrarme. Vine para asumir mi Vida, la Vida y para darme el gusto de balancearme en el columpio de esta gran polaridad, entre el punto de Luz que bendice el gran Amor del Espíritu humano, el mío también, y el temor de atravesar bosques oscuros y episodios trágicos vividos en el Alma. Es el gusto de poder ver y leer en el Alma las páginas y libros escritos en el transcurso de nuestra historia y evolución.

Vine para despertarme en un estruendo de relámpagos en el medio de una gran Tempestad.

Recibí el Don de ser Poeta, un alquimista que transforma los episodios de la Vida en sentimientos imágenes y versos… es el Poeta, el hombre que transforma los episodios de la Vida, sea el que sea en una bendición de Amor y en olas de alegría. SER no es más que eso…

Veo mis años dedicados con intensidad a conocerme. Años de terapia, de trabajo de healing, de viajes, de estudios, de búsqueda de este largo viaje, de dificultades y bellos encuentros. Veo el tiempo condensado para rendir lo más posible, para exprimir el jugo de la Vida hasta la última gota.

Veo y reconozco mi dedicación sin abandonar mi Propósito, a pesar de las muchas distracciones, desvíos y saboteos.. No importa, porque al final de cuentas cada error es una manera de aprender y cuando no se juzga ningún tropiezo o falla, cada paso es un caminar en la Gran Escuela de la Vida.

Me veo, cuando joven comencé a hacer terapia para conocer mis problemas. Así me hice paciente y allí encontré el sabor de un néctar que me dio mucha curiosidad y pasión. Me embarqué en este viaje y solo pude navegar de una isla a otra para hacer estudios de los aconteceres de observarse a uno mismo. Así me volví terapeuta y ya desde mis 19 años la Poesía fue el flash de Luz que me indicó el camino.

Ya son largos años de haber acompañado a mucha gente en su propio viaje del Alma, sin dejar de acompañarme y de ser guiado en el mío propio.

Ahora cada día que vivo la Poesía, esa mujer que amo dentro de mí, mi sensibilidad femenina, ella toma más cuerpo y más espacio dentro de mí.

Cada día el Poeta se revela dentro de mí y me enseña una nueva manera de sentir y ver la Vida con otros ojos y con un corazón más abierto.

La Poesía tiene el Poder Sagrado de transformar todo y así el Alma se nutre y se inspira de Creación.

El Poeta vive de sus Valores. Aprende y acepta a vivir lo que le toca vivir. No es sólo escribir lo que busca, sino que la Vida, cada día se vuelve su propio libro y sus enseñanzas. Su compartir con otros es vivir la verdad, la de ellos, la del Mundo, la suya propia, esa verdad que tiene sentido, esa que él ama, tanto así, hasta el punto de rendirse y entregarse para vivir…

El Poeta se atreve a vivir la Vida. Su búsqueda de autenticidad lo confronta con sus propios demonios y con las estrellas que lo alumbran.

Es un acto de coraje.

No es fácil enfrentarse y atravesar las noches oscuras del Alma, o el túnel oscuro de la Vida, o pisar la Selva negra mental que muchas veces nos atormenta. El Poeta navega en estos diferentes tonos de la vida humana con la conciencia, la compasión y la comprensión que lo guían y lo acompañan. Y su Verdad y Coraje (cualidades del Espíritu) son sus armas que le permiten transformar las veredas confusas y emocionales en caminos reales, transformar las rocas en arena dorada y tierna.

Así el Poeta se lanza del abismo y en el Vacío descubre el verdadero sentido de vivir.

Y todas sus experiencias -sin juicio alguno- son su libro escrito con la Pluma y los colores del Alma.



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